Berrinches ¿por qué ocurren y cómo acompañarlos con amor?
Si tienes en casa un pequeño entre 3 y 7 años, probablemente ya estés familiarizado con los temidos berrinches: llanto, gritos, negarse a cooperar, tirarse al suelo... ¡Y todo esto, a veces, porque no les diste el vaso correcto!
Pero no te preocupes: los berrinches son parte normal del desarrollo emocional infantil. No significan que tu hijo sea “malo” ni que estés haciendo algo mal como madre o padre. Son, en realidad, una oportunidad de oro para enseñar habilidades que les servirán toda la vida.
¿Por qué hacen berrinches los niños?
Entre los 3 y los 7 años, el cerebro de los niños está en plena construcción, especialmente las áreas encargadas del autocontrol, la empatía y el lenguaje emocional. Cuando se sienten frustrados, cansados, hambrientos o simplemente no saben cómo expresar lo que les pasa, su sistema emocional colapsa… y estalla el berrinche.
Es su forma de decir: “¡Estoy sobrepasado y no sé cómo manejar esto!”
Tips de crianza para manejar los berrinches (sin perder la calma)
1. Respira profundo tú primero. Tu tranquilidad es su mejor guía. Si gritas o castigas, solo sumas más caos.
2. Valida sus emociones. Frases como “sé que estás enojado porque querías seguir jugando” los hacen sentir comprendidos.
3. Pon límites con firmeza y amor. No necesitas gritar para ser claro. Un “entiendo que quieras eso, pero ahora no es posible” es suficiente.
4. No cedas para evitar el berrinche. Si siempre consiguen lo que quieren con lágrimas, aprenderán a usarlas como herramienta de presión.
5. Enséñales a expresar lo que sienten. Ayúdales a ponerle nombre a sus emociones: “¿Estás frustrado? ¿Triste?”
6. Ofrece opciones para darles control. “¿Prefieres ponerte la camiseta azul o la roja?” Puede evitar un conflicto.
7. Celebra sus logros emocionales. “¡Qué bien que respiraste hondo y te calmás!” Eso refuerza el autocontrol.
¿Cuándo buscar apoyo profesional?
Aunque los berrinches son comunes, si son extremadamente intensos, frecuentes o persisten más allá de los 7 años, puede ser buena idea consultar con un psicólogo infantil. Siempre es mejor prevenir que lamentar.
Reflexión final para las familias
Los berrinches no son enemigos que hay que eliminar. Son puertas de entrada al mundo emocional de nuestros hijos. Aprovechémoslos para conectar, enseñar y acompañar. No se trata de controlarlos, sino de ayudarles a conocerse y regularse con nuestra guía amorosa.
Recuerda: tus hijos no necesitan que seas perfecto, solo que estés presente.
Colaboración: Por. Irais Rasgado
Gracias por compartir esta información.
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